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Abadia de Poblet Tinto 2016

A 4 GRAPES VI NEGRE 3/4

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Baigorri Crianza 2014 -Magnum-

Abadia de Poblet Tinto 2016

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Ficha técnica

REGIÓN DE ELABORACIÓN: D.O. Conca de Barberà
VARIEDADES: Trepat , Garrut, Garnatxa negra, Ull de llebre (Tempranillo)
GRADUACIÓN: 13% vol. Contiene sulfitos
ENVEJECIMIENTO: 1 año en foudre (barrica de 4000 litros)
AÑADA: 2016
FORMATO: 0,75 l.

Vinificación

Abadía de Poblet tinto persigue tres objetivos: frescor, fruta y personalidad del lugar de procedencia. La crianza, muy respetuosa, se lleva a cabo en foudres de 4000 litros y en depósitos de cemento durante un año. Nos encontramos un vino marcadamente de la Conca, con los típicos matices de pimienta blanca tan ligados al Trepat, acompañado del Garrut que reviste la columna vertebral del vino, la Garnacha que lo envuelve de golosidad y el Tempranillo que redondea el vino en su completo ensamblaje.

Viticultura

La uva Trepat utilizada, autóctona de la zona, proviene de viñas plantadas durante la primera mitad del siglo XX, en zonas que reúnen los tres cultivos mediterráneamente típicos de la Conca de Barberà: viñedo, cultivo de cereales entre las filas de cepas y almendros plantados al borde de las fincas. Viñas viejas con orientación sur y sureste en terrenos pobres y en alturas que van en el caso del Trepat desde los 550 hasta los 600 metros. Rendimientos bajos, ayudan a encontrar un Trepat con buena concentración y con la expresión del terruño de donde procede. El Garrut, de viñas de alrededor de 20 años, se encuentra cerca del Monestir de Poblet en suelos más ricos mezcla de pizarra y arenas. Las viñas de Ull de Llebre y de Garnatxa se enfilan por las montañas de Prades rondando los 700 metros de altura y en suelos marcados por una mezcla de pizarra y arcilla, las viñas de ambos varietales orientadas al nordeste.

Características sensoriales

La añada 2016 tuvo un invierno poco lluvioso y unas temperaturas relativamente suaves. La primavera fue fresca y lluviosa sin excesos. Al inicio del verano barruntamos que haría mucho calor y no nos equivocamos: fue un verano muy cálido que hizo que se adelantara la maduración, especialmente de las zonas de menos altura. La última semana de Agosto fue muy cálida, igual que la primera de Septiembre, por suerte, en la Conca de Barberà las noches siempre son muy frescas y las viñas lograron resistir las altísimas temperaturas diurnas y la falta de agua en el subsuelo. Los vinos resultantes son frescos, con rico aporte frutal y buen equilibrio en boca.